“Traduje muchos libros que se habían preservados con gran cuidado en Babilonia y que trataban de un periodo de más de 150,000 años.”
Estos libros incluyeron cuentas de reyes legendarios “antes del diluvio” (2348 a.E.C.) con longitudes muy exageradas de los reinos. Después Beroso abandonó Babilonia y se estableció en la isla Ptolemaica de Cos. ¿Por qué perjudica Beroso a la Watchtower? ¿Por qué la Watchtower/testigos de Jehová intentan desacreditarlo?
- Proporciona una lista de reyes del periodo Neobabilónico que descarta la posibilidad de agregar años u otro rey para completar o rellenar los 20 años que le sobran en su cronología.
- Menciona que los primeros cautivos tomados por Nabucodonosor; de Jerusalén, se realizaron en el primer año de este rey (604 a.E.C.), confirmando lo escrito en 2ª de Reyes 24:1 y Daniel 1:1 más el relato de la tablilla de arcilla BM21946 que analizamos en el artículo anterior.
“El profesor Olmstead dijo que sus escritos, “Solo han llegado hasta nosotros simples fragmentos, extractos o rastros. Y los más importantes de estos fragmentos nos han llegado mediante una tradición casi sin paralelo. Hoy tenemos que consultar una traducción latina moderna de una traducción armenia del griego original perdido de la Crónica de Eusebio, que en parte citó de Alejandro Polistor, que directamente de Beroso, y en parte de Abideno, quien al parecer citó de Juba, que citó de Alejandro Polistor y por lo tanto de Beroso. Para confundirlo más, en algunos casos Eusebio no ha reconocido el hecho de que Abideno es solo un débil eco de Polistor, ¡y ha citado los relatos de cada uno de ellos lado a lado! Y esto no es lo peor. Aunque por lo general debe preferirse su relato de Polistor, parece ser que Eusebio utilizó un manuscrito de poca calidad de ese autor”. (Assyrian Historiography, páginas 62 y 63.) Josefo, historiador judío del sigo 1 E.C., también afirma que cita a Beroso. No obstante, es obvio que no puede considerarse concluyente la información cronológica que supuestamente procede de Beroso.” — Perspicacia, volumen 1, página 590.
Es obvio para ellos, pero justamente el autor de este libro no se está refiriendo a la información cronológica. La expresión supuestamente denota más bien un intento para debilitar la cronología que les perjudica. El profesor dedica todo el capítulo 8 a tratar el tema de Beroso y las crónicas babilónicas:
“Sin embargo, si los babilonios fueron así de deficientes en su apreciación de la necesidad de los anales históricos de los reinados individuales, en el cual parece que hubiesen sido superiores los asirios cuando se trataba de la producción de historias contemporáneas haciendo frente a largos periodos de tiempo. Mientras que los babilonios nos han preservado numerosas listas de reyes y dos excelentes trabajos los cuales tenemos razones para llamarlas historias contemporáneas, la crónica de Babilonia y la crónica de Nabonido-Ciro. Los asirios tienen, sin embargo, la lista de los Epónimos conocida como crónica asiria y conocidos como sincronismos históricos.”
Sobre la lista de estos reyes es donde me quiero centrar porque es lo que nos interesa, también trataré más adelante la lista de Epónimos y la manera en que ésta se sincroniza con las crónicas babilónicas, la lista real de Beroso y el canon de Ptolomeo. Las citas más largas que determinan el lapso de tiempo del periodo Neobabilónico se encuentra en la obra de Flavio Josefo: Contra Apión y en Antigüedades de los Judíos, ambos escritos en la última parte del primer siglo después de Cristo; en La Crónica de Eusebio y en Preparación para el Evangelio, ambos del principio del siglo 4 E.C., y en otros trabajos anteriores. Muchos historiadores (como Olmstead) han argumentado que las citas de Josefo fueron tomadas de los trabajos del erudito Polistor, esto es solo una teoría y no hay pruebas de ello. Un segundo grupo de especialistas han llegado a la conclusión de que Josefo tenía una copia a mano del trabajo de Beroso. El Dr. Gregory E. Sterling ha aportado sólidos argumentos a favor de que Josefo citara directamente del trabajo de Beroso (Gregory E. Definition Stering, -Sterind, Historiography and Self Definition [Lieden, New York, KolnE. {La histografía y Auto J. Birill, 1992}] páginas 106, 260 y 261). En lo que todos los historiadores están de acuerdo, es que las citas más fiables conservadas al día de hoy del trabajo de Beroso, son las de Flavio Josefo y Eusebio. La fiabilidad de sus relatos, que fueron rescatados de citas de otros historiadores, está apoyada por la historia arqueológica y lo más importante en este caso es que su lista de reyes para el periodo Neobabilónico está también apoyada por otras listas encontradas como la “Lista de reyes en Uruk” http://www.livius.org/sources/content/uruk-king-list/
La lista de Epónimos, el canon de Ptolomeo, las crónicas babilónicas del museo británico: BM
Fuente: Iraq, volumen 37, número 1: “Las crónicas de Babilonia y Beroso” de Robert Drews, página 39.
Esto es lo que está escrito en el mismo libro que utiliza la Watchtower del profesor Olmstead, al final del capítulo 8, él escribe:
“Es en Eusebio que encontramos la información más útil, algunas de hecho son aportes muy reales que aumentan nuestro conocimiento. Sin embargo, las primeras Crónicas de Apolodoro utilizaron también como fuente a Beroso, algunos años después de 144 a.E.C., de la cual algunas de las informaciones pudo haber sido derivada a otros cronológicos. Josefo utilizó a Alejandro Polistor y Abideno por Cirilo, Sincelo y el historiador armenio, el pseudo Moisés de Corena. Así pues en estas mismas o incluso en otras aquí no mencionadas, pudieron haberse merodeado algunas minucias de la obra de Beroso. Quizás de esto, o de una fuente similar, viene parte de la lista de reyes de Babilonia conocida como canon de Ptolomeo que comienza, al igual que la crónica de Babilonia, con la ascensión de Nabopolasar. [Wachsmuth, Introducción el estudio de en History alten, 304 y ss; Cf. Rogers, 239] Aunque directamente es de origen egipcio, como es demostrado por el sistema de datación, que sin lugar a dudas se ha recurrido a las primeras fuentes (más antiguas) de origen babilónico, así como los datos astronómicos en el Almagesto del mismo autor, aunque en él utilizara el calendario egipcio. En resumen, prácticamente todo el conocimiento auténtico del mundo clásico sobre los asirios y los babilonios vinieron de Beroso.”
Sobre la fiabilidad del canon de Ptolomeo lo trataré en el próximo artículo, pero es importante remarcar que esta fuente mencionada como autoridad por la Watchtower también argumenta que el canon de Ptolomeo puede haberse compuesto por un sinfín de fuentes, incluyendo antiguas fuentes caldeas y que los registros astronómicos (eclipses lunares) también deben haber sido obtenidos de antiguos listados caldeos y no en base a cálculos. Si Flavio Josefo tomó los escritos directamente de unas copias de Beroso, no lo podremos saber nunca, pero nadie puede afirmar que esto no haya sido así. La lista de real para el periodo Neobabilónico es auténtica porque al compararla con otras listas obtenidas de otras fuentes arqueológicas coinciden entre ellas. Flavio Josefo, tomando del tercer libro de Beroso “historias caldeas”, transcribe un listado completo de reyes del periodo Neobabilónico. Libro 1, versículo 20 (Flavio Josefo: Contra Apión):
“Nabucodonosor después de haber comenzado a construir el muro antes mencionado, cayó enfermo y partió de esta vida cuando había reinado por 43 años (562 a.E.C.) y entonces su hijo Evil Merodac (Awel Marduk) obtuvo el reino. Gobernó los asuntos públicos de una manera ilegal e impura y hubo un complot en su contra por Neriglisar, el marido de su hermana y fue asesinado por él cuando había reinado por 2 años (560 a.E.C.). Después de que él (Awel Marduk) fuera asesinado, Neriglasar que fue la persona que atentó contra él, le sucedió en el reinado y reinó por 4 años (556 a.E.C.). Su hijo, Labashi Marduk obtuvo el reino, aunque era un niño, y lo mantuvo por 9 meses, pero debido a su mal temperamento y malas prácticas que exhibió al mundo, hubo también un complot en su contra realizado por sus amigos y fue torturado hasta morir. Después de su muerte, los conspiradores se reunieron y de común acuerdo se puso la corona sobre la cabeza de Nabonido, un hombre de Babilonia, uno que pertenecía a la insurrección. Durante su reinado, los muros de la ciudad de Babilonia fueron construidos curiosamente con ladrillo cocido y asfalto, pero cuando llegó a los 17 años de su reinado (539 a.E.C.), Ciro el Persa salió con un gran ejército, conquistó toda Asia y llegó apresuradamente a Babilonia.” http://www.ccel.org/j/josephus/works/apion-1.htm
El relato continúa hasta que Nabonido es capturado por Ciro el Persa y Babilonia pasa a manos de los Medos y los Persas en el año 539 a.E.C.
Si Nabucodonosor empezó a reinar en el año 605 a.E.C., jamás pudo haber destruido el templo de Jerusalén en el año 607 a.E.C., como dicen los testigos de Jehová, porque en ese tiempo él no estaba reinando, además la Biblia nos dice que la destrucción ocurrió en el año 19 del reinado de Nabucodonosor (605 a.E.C. - 19 = 586 a.E.C.). ¡Los testigos de Jehová están mintiendo para encajar el año 1914 E.C.! En el próximo artículo analizaremos a Claudio Ptolomeo: ¿Por qué perjudica Claudio Ptolomeo a la Watchtower?